dissabte, 31 de juliol del 2010

Syringe ~ Évola

Molde: Cabeza - Ébola de L'Atelier des Rêves; Cuerpo - Kid Delf boy body, de Luts
Fecha de Llegada: Cabeza, 11/12/2008. Cuerpo, 15/01/2009
Pelo: Fur color chocolate, L’Atelier des Rêves
Ojos: HGC D24 - Light Green 12 mm
Maquillaje, blushing, “manicura/pedicura” y tatuajes: L’Atelier des Rêves
Modificaciones: L’Atelier des Rêves
Partiendo de una cabeza de Tender Yen [DOD]
Nariz:
-Rebajado del puente
-Punta redondeada
-Ensanchamiento de aletas
Orejas:
-Completo despegado de la cara. Reposicionamiento. Vuelta a pegar añadiendo masa a la parte posterior para darles volumen
-Carving del pabellón auditivo
Ojos:
-Alzado de párpados superiores y refuerzo por la parte interior
-Estrechamiento de los ojos. Aumento de la separación entre ambos
-Rebajado de párpados inferiores por la zona interior para reducir la separación entre la cuenca y el ojo
Boca:
-Re-esculpido labios sobre modelo original
-Carving labial
-Ensanchamiento de las comisuras
Otros:
-Ensanchamiento de la mandíbula
-Alzado de pómulos
-Redondeado de barbilla
-Refuerzo de mentón
-Lijado de frente
-Alzado de arcos ciliares
Futuras Transformaciones:
~Recastear
~Maquillar

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Nombre: Mirko di Maggio
Apodo: Évola, Év
Edad: 19
Cumpleaños: 15 de Enero
Le gusta: Heroinómano convencido desde los 16, fumador empedernido y bebedor consistente a pesar de su complexión física menuda; le gusta viajar, más por combatir un sentimiento de desasosiego que por afán descubridor. Espera poco de la vida y tampoco tiene mucho que ofrecerle.
No le gusta: Las noches tormentosas, los clientes cariñosos: prefiere que sean rudos con él, asegurarse de que no se mezclan sentimientos en los negocios. Hacer la calle es para él tanto una herramienta para conseguir dinero como una forma de castigarse por todas las catástrofes familiares de que se siente culpable, asocia el concepto de sexo con algo necesariamente desagradable y no es capaz ni desea concevirlo de forma distinta.
Personalidad: De aspecto despreocupado, casi despistado, en realidad es una persona muy anlítica: siempre sabe lo que hace y por qué lo hace. Está acostumbrado a ganarse la vida por sí mismo, vive de la calle y, prácticamente, en la calle, por lo que es muy independiente y raramente se ata a nada ni a nadie.
Su única familia es su hermana pequeña Giulia (Terpsícore), dos años menor que él, con la que se muestra muy protector a pesar, o precisamente porque no consigue establecer una comunicación con ella.

Historia: Solía vivir con sus padres y su hermana menor en un pequeño apartamento junto a la florentina Piazza di Cestello, pero tras la repentina desaparición de su hermana toda la familia pareció venirse abajo. Su padre lo culpó siempre de lo ocurrido con la pequeña, porque el día en que ésta desapareció él debía haberla recogido a la salida del colegio. Su madre se deprimió terriblemente, se convirtió en una especie de fantasma deambulando erráticamente de un rincón a otro de la casa; fue despedida del trabajo y durante algún tiempo siguió buscando a su hija en el fondo de una botella de wisky, hasta que finalmente un día Mirko la encontró muerta en la bañera: se había cortado las venas.
Vivió con su padre hasta los 15, manteniéndose tan distantes el uno del otro como les fue posible. El día de su 15º cumpleaños, mantuvieron una fuerte discusión y Mirko salió de casa pegando un portazo... y nunca volvió.

La vida no le fue mal del todo en la calle, se tragó su orgullo a falta de otra cosa, se convirtió en mendigo y ladrón y se hundió en los bajos fondos, donde su descaro y sus rasgos aniñados le prometían un gran número de mecenas, que con el estímulo adecuado y una sola mirada de sus ojos verdes pagaban sin rechistar cualquier cantidad que les pidiera por alta que fuera, de modo que pocos meses más tarde pudo reunir el dinero suficiente para empezar a viajar. Al ser menor de edad no quiso arriesgarse a salir del país, así que se movió por todo Italia, pasando por Turín, Milán, Nápoles, Bolónia, Perusa, Génova, Pádua… y así le fue pasando el tiempo. Allí donde fuera no le costaba encontrar alguien a costa de quién ganarse el pan, por lo que la vida le resultaba relativamente cómoda. Pese a todo no permanecía mucho tiempo en un mismo sitio, le gustaba visitar lugares nuevos, recorrer calles diferentes cada poco tiempo… dejaba deshojar el calendario perdido entre majestuosas columnatas e imponentes monumentos, disfrutando de la riqueza cultural de su patria.
Por una esquela en Il Giornale supo de la muerte de su padre por causa de un cáncer. Con 18 años recién cumplidos y suficiente dinero en los bolsillos, decidió que ya nada lo ataba a Italia, y se lanzó a viajar por Europa. Vivió varios meses en Alemania y pasó de puntillas por Dinamarca antes de seguir hacia la República de Irlanda, donde residió otra larga temporada en un microscópico apartamento alquilado en Dublín.


Estando allí, llegó a sus manos un periódico de varios meses atrás que citaba la noticia de La milagrosa re-aparición en Florencia de una niña desaparecida 9 años atrás; el artículo, que no daba demasiados detalles al respecto, adjuntaba una foto en blanco y negro de una chicha de unos 15 o 16 años, pelo y ojos claros, y que fruncía el ceño con hastío mientras le echaban la foto. Le dio un vuelco tó al leer la noticia. ¿Podía tratarse de su hermana?


Los siguientes días fueron un caos: llamó a la redacción del periódico para preguntar por el nombre de la chica, y cuando estuvo seguro de que no iba a hacer el viaje en balde invirtió casi todos sus ahorros en un billete de ida para Italia y se plantó en Florencia con lo puesto. Fue complicado dar con la casa de acogida donde la habían mandado, conseguir una cita con el director de la entidad y convencerle de que era su hermano y que estaba capacitado para reclamar su custodia; consideró una suerte toda su experiencia en la calle para ganarse el favor del asistente social al cargo del caso, y tras un par de semanas de trámites, durante las que se alojó en una pensión tirando de la pasta que le quedaba, se hizo por fin con la maldita custodia y pudo ver a Giulia.
No hicieron demasiadas buenas migas… había conseguido recuperarla después de 9 años, pero las cosas habían cambiado demasiado entre ellos. Decidió que les haría bien alejarse de Italia, y que quizá eso les sirviera para empezar de cero, así que consiguió dinero para pagar dos billetes sólo de ida hacia Londres y se instalaron en un microscópico piso de alquiler en la zona más barata de la ciudad.


Y así empezó su vida en común. No se ven demasiado en casa porque ella empezó asistir a clases en una academia de baile, ya que tenía talento y ¿formación? en el tema... y él se volvió a montar el negocio nocturno, así que llega a casa de madrugada o incluso de día. Llevan cosa de medio año viviendo en la ciudad, tienen la vida más o menos montada y... bueno, ella se muere de ganas de cumplir la mayoría de edad y perderlo de vista, mientras que él no ve la forma de arreglar las cosas entre ambos y se pone morao a todo lo que pilla para distraerse de sus remordimientos.

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